
El temor al cambio es un comportamiento intrínseco al ser humano. Cuando alguien nos propone salir de nuestra zona de confort, habitualmente reaccionamos preguntándonos por qué es necesario, y siempre bajo la misma excusa: no necesitamos el cambio. Nos empeñamos en esta idea, aunque en el fondo estemos pensando en que quizá realizar un movimiento en sentido contrario pueda aportarnos ventajas.
Mientras que las previsiones para este año sitúan la cifra de negocio de la industria del e-learning por encima de los 100.000 millones de dólares, nos encontramos aún hoy con empresas capaces de negar esta evidencia y rechazar abiertamente este tipo de formación argumentando que no la necesitan, que se trata de una moda pasajera o incluso cosa del futuro.